Cuando Ya Me Empiece A Quedar Solo

Confesiones de Invierno fue el segundo álbum de Sui Generis. Musicalmente se empezaba a notar la increíble velocidad con la que Charly experimentaba con nuevos sonidos. Había pasado menos de un año de la edición del disco anterior y ya las canciones se empezaban a poner un poco más pesaditas en cuestiones sociales, como se puede notar en Aprendizaje o en la increíble analogía que hace García respecto de la ida del Presidente de Facto Lanusse en Tribulaciones, Lamentos y Ocaso de un Tonto Rey Imaginario, o no. Lo más notable a nivel musical, podría ser la inclusión de los arreglos del Ensamble Buenos Aires, una orquesta de formación y estructura clásica que puso sus oficios en Rasguña las Piedras, Tribulaciones y la canción de este post. Ensamble Buenos Aires también son conocidos por haber hecho una versión del disco La Biblia de Vox Dei, pero por músicos de la talla de David Lebón, Oscar Moro, Billy Bond, Black Amaya, Claudio Gabis y Charly, entre otros.

Cuando Ya Me Empiece a Quedar Solo abre el disco de una manera deprimente, sugestiva y conmovedora. Chicos de 22 años contaban como serían sus vidas en la vejez. Como si fuera un plan a seguir, Charly a veces pareciera estar cumpliendo punto por punto esta letra. Con una gigantezca excepción: En la canción se pone en una situación humilde en la que cree que será olvidado por sus fans cuando llegue a viejo. La verdad indica que contrariamente a lo que pudiera llegar a suponer en su momento, hoy no solo es un artistas de culto, sino que a pesar de todos los embrollos en los que se ve envuelto de vez en cuando, cada vez que se anuncia un recital de García, las entradas vuelan por los aires sin importar el costo de las mismas.
Canciones perfectas. De esas que te ponen la piel de gallina.


Tendré los ojos muy lejos
y un cigarrillo en la boca,
el pecho dentro de un hueco
y una gata medio loca.

Un escenario vacío,
un libro lleno de pena,
un dibujo destruído
y la caridad ajena.

Un televisor inútil,
eléctrica compañía.
La radio a todo volumen
y una visión que no es mía.

Una vejez sin temores
y una vida reposada.
Ventanas muy agitadas
y una cama tan inmovil.

Y un montón de diarios apilados,
y una flor cuidando mi pasado,
y un rumor de voces que me gritan,
y un millón de manos que me aplauden.

Y el fantasma tuyo sobretodo
cuando ya me empiece a quedar solo.